Henry y su familia han pasado por muchas dificultades en este viaje hacia la libertad financiera, en los capítulos anteriores nos alegramos con ellos al ver que diligente y sabiamente habían invertido en siembras, la compra de más terreno para la granja familiar y además en el emprendimiento de la obtención de gallinas ponedoras y cabras, lo que les hizo recuperar lo invertido y más. Ahora se presentan desafíos a la familia para compartir de lo que Dios les ha dado. Las personas son motivadas a dar por poder, por prestigio, por presión de otros, por la ley, por obligación. Pero el dar es una acción que acompaña el amor. Puedes dar sin amar, pero no puedes amar sin dar. Continúa escuchando el maravilloso viaje de Henry y su familia, que sentados a la mesa dan gracias a Dios por lo que han recibido de Él.
Sintiendo compasión
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