«Así como somos perezosos con nuestra postura física, podemos hacer lo mismo espiritualmente. El Salmo 84: 11 dice: “Dios no negará ningún bien a los que andan en integridad”. Por tanto, siéntate y camina erguido y mantén alineada tanto la espalda como el alma». // Escrito por Mercy Cosme
Postura
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