Los padres de Pedrito llevaron a los chicos a navegar, cuando estaban en mar adentro se presentó una gran tempestad, el capitán les pidió que fueran al camarote más seguro del barco hasta que pasara la tormenta, donde el señor y la sñora Pulpo aprovecharon de hablarles a Pedrito y a sus amigos que no debían temer y debían tener fe porque Jesús es el capitán de nuestra vida.
Mi capitán
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