Así que amigo, nada más lo hará, ninguna otra fundación servirá para tu fe. La fundación de tu fe debe estar en nuestro Señor Jesucristo. Ahí es donde debe descansar nuestra fe. Nuestra fundación es segura y firme cuando entendemos cómo Jesucristo en Su poder, Su preeminencia y Su presencia llega a ser la fundación de nuestra fe.
La fundación de nuestra fe 1
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