El apóstol Pablo, quien tuvo un encuentro transformador con Jesús y desde ese instante, Cristo se convirtió en su máxima prioridad. Para Pablo, ser semejante a Jesús, experimentar el poder de su resurrección y compartir sus enseñanzas se convirtieron en los pilares de su vida. Sigamos el ejemplo de Pablo. Recuerda que no persigues simplemente una presa, sino una presea: “La Vida Eterna”, el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. Escrito por Mercy Cosme Recibe nuestros devocionales por WhatsApp en: https://chat.whatsapp.com/B8WQJMa1QU9AFAMdmUkwcC
¡Tras La presea: La Vida Eterna!
Agregar a favoritos