El Cordón vital para los alpinistas es la cuerda que los conecta a otros alpinistas o a un garfio clavado en la ladera de la montaña. El creyente también tiene un cordón vital: el amor de Dios en Cristo. Sin que importe quién o qué venga contra nosotros, el amor de Dios nos mantiene firmemente conectados a él.
El amor de Dios nunca le soltará (Parte 1)
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