Terminamos nuestro programa anterior describiendo los efectos devastadores que tendría la segunda plaga, la de las ranas, sobre un país que ya había sufrido las tremendas consecuencias de la primera plaga, en la que todas las fuentes de agua de Egipto se habían transformado en sangre. Una vez más, los magos egipcios pudieron reproducir una plaga, lo cual revela el poder de Satanás para engañar a los seres humanos.
Éxodo 8:6-9:7
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