Bienvenidos a la “Historia desde Adentro.” Nuestra historia de hoy se inspira en hechos registrados en la Santa Biblia, en el libro de Lucas, capítulo siete, versículos del uno al diez en el Nuevo Testamento. Cuando María dio a luz a Jesús en el pequeño pueblo de Belén, Roma ocupaba Israel y gobernaba la mayor parte del mundo occidental. Dondequiera que el poderoso ejército romano iba construía buenos caminos y fuertes fortalezas para asegurar el flujo constante de tropas y materiales, para mantener su rígido control sobre la tierra conquistada. Una fortaleza como tal estaba localizada cerca de la ciudad de Capernaum con vista al Mar de Galilea. Un centenar de soldados romanos bien disciplinados estaban destacados allí, bajo el mando de un veterano centurión llamado Darío. Cuando se le ofreció la jubilación, después de casi treinta años de servicio excepcional, Darío escogió ser asignado a este servicio por razones que él les explicará en la historia de hoy. Por favor, escuchen ahora como este soldado romano altamente condecorado nos habla de sus numerosos encuentros con Jesús.
El centurion de Capernaum
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